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Consejos que pueden mejorar tu vida.

- Consiente tus gustos, es la mejor manera de permanecer en
armonía contigo misma. No permitas que tus ocupaciones te alejen de hacer
lo que más te gusta. Si tu afición es leer, ver cine, cocinar, oír música,
hazlo con frecuencia, así mantendrás un espacio que, si bien puedes compartir
con los demás, es tu prioridad.
- El ejercicio es fundamental. Frente a éste, el
sedentarismo es una costumbre malsana. El ejercicio es al espíritu lo que la
comida es al cuerpo, una especie de ‘gasolina’ sin la cual no podemos desarrollar
todas nuestras capacidades y cumplir nuestras expectativas.
- Muchos nutricionistas recomiendan comer varias veces al
día para mantener el metabolismo activo, y las nueces y otros frutos secos
están recomendados para mantenerse en forma. Sin embargo, debes comerlas con
moderación porque, aunque estén permitidas en una dieta, tienen calorías.
- Si piensas que eliminar de tu dieta los carbohidratos es
la panacea, te recordamos que una dieta baja en calorías es más efectiva que
una baja en carbohidratos, proteínas o grasa. La cantidad de calorías que
consumas es lo que, en últimas, te ayuda a perder peso.
- La meditación es un ejercicio ideal de relajamiento que
proviene de las corrientes hinduistas y budistas de India. No hay que olvidar
la importancia de detenernos un instante, respirar profundo y calmar de esta
manera las angustias que trae el día a día. Es posible realizarla ajustándola
al estilo de vida moderno, aportándole de esta forma a nuestro propio ejercicio
un poco de vitalidad.
- Come bien. Esto quiere decir que hagas con juicio las
tres comidas del día y reserva tiempo para ello. Lo peor que una persona puede
hacerle a su organismo es comer mal y a destiempo. Incluso si se hace dieta,
ésta debe ser razonable, guiada por un profesional y, sobre todo, metódica en
cuanto a cantidad y horas
- Todos los días, hazte algún espacio entre todas tus
obligaciones para dedicarte a lo que verdaderamente te llena el alma. Pintar,
escribir, cantar, bailar... No importa qué actividad sea; lo esencial es que a
través de ella puedas despedirte de tus responsabilidades por un rato y
refugiarte en ti mismo.
- Las metas futuras son las que te mantienen en
marcha; así que nunca dejes de tenerlas. Además, el solo hecho de contar con un
objetivo es capaz de teñir de sentido y de convertir en disfrutable hasta la
actividad más insignificante y cotidiana. Eso sí, a la hora de determinarlos,
no te pierdas en abstracciones y piensa siempre por la positiva.
- No permitas que tus responsabilidades te roben el buen
humor, y aunque no te sientas del todo bien, esboza una sonrisa
–investigaciones científicas han demostrado que hasta las sonrisas forzadas
tienen efectos positivos sobre el humor–. Esta práctica te permitirá ver
tu vida desde una perspectiva más constructiva.
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