El martirio que vivieron los perros de 2 cabezas creados en Rusia. El doctor ambicionaba mucho






Fue en las décadas de 1950 y 1960 cuando se llevaron algunos de los avances médicos más representativos del siglo pasado. Sin embargo, muchos de estos se lograron a costa de crueles experimentos en animales.

El desarrollo médico que sigue a una guerra siempre ha sido indudable. Acabada la Primera Guerra Mundial en 1918, era tal la cantidad de soldados que regresaban a casa amputados que la industria de prótesis médicas creció de manera exponencial y su diseño se vio inmensamente perfeccionado. Cuando fue el turno de la Segunda Guerra Mundial de acabar, el mundo se dividió en dos polos políticos diametralmente opuestos, con Estados Unidos a la cabeza de uno y la extinta Unión Soviética en el otro.
 

Fue en esta última en donde el doctor Vladimir Demikhov brilló siendo pionero en los trasplantes de órganos, como el trasplante de un corazón y un pulmón en un animal, aunque es conocido también por una serie de polémicos procedimientos que consistieron en trasplantar cabezas de cachorros en cuerpos adultos.

En 1956, injertó la cabeza, patas delanteras y hombros de un pequeño perro de dos meses de edad en el cuerpo adulto de un pastor alemán. Los suministros de sangre de ambos animales se combinaron, pero cada uno conservó su suministro inmunológico.

Los perros sometidos a estas intervenciones quirúrgicas no solían vivir más de unos pocos días antes de sufrir un rechazo de tejidos y morir, sin embargo, hubo uno que logró sobrevivir 29 días.

               

Para el El Dr. John Conte, quien es una de las mayores autoridades en el mundo sobre transplante de corazón el trabajo de Demikhov fue “ingenioso“ y comprobó que “el transplante era posible” gracias a sus experimentos, según dijo a The Sun.
         

Fue Demikhov quien acuñó el término trasplantología en su monografía denominada “Trasplantes experimentales de órganos vitales” publicada en 1962 y por la cual recibió un doctorado.
               

El trabajo realizado por este doctor soviético es increíble y ayudó a desarrollar las actuales técnicas de trasplantes gracias a las cuales miles de personas han salvado su vida, hay que reconocerlo; sin embargo, es también real que muchas de sus intervenciones quizá puedan ser catalogadas por muchos como barbáricas y faltas de toda ética y moral.




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