Cómo cambiar de pensamientos para cambiar tu estilo de vida





El valor personal para sentirte a pleno con tu vida, cómo puedes reconocerlo y cómo puedes llevarlo a cabo. Aprende a cambiar de pensamientos para conseguir cambiar tu estilo de vida y conseguir el bienestar. Las actitudes son las que hacen la diferencia y siempre dependeremos de estas para conseguir llegar a mejores lugares, o para salir de los malos momentos.

¿Qué ves como algo valioso en tu vida?, ¿qué es el valor para ti?

Imagina que pudieras diferenciar una por una tus creencias sobre el valor que tiene una circunstancia, persona o acción en tu vida. Revisarías con cuidado no solo lo que es evidente, sino la causa, (lo que origina ese “valor”, que es lo que realmente merece una observación o introspección minuciosa) y podrías observar muchas cosas.


Te doy estos ejemplos:

Primero observarías qué valor tiene la palabra en tu vida.

Te encontrarías muchas veces diciendo, yo no soy capaz de realizar tal acto, yo tengo que esperar un poco para animarme a hacerlo, yo soy realmente muy poderoso, pero me falta iniciativa y constancia. Yo quisiera ser mejor que ayer y frecuentemente me encuentro siendo más decadente cada día, etc.

Entonces ahora veamos: ¿Qué valor tiene la actitud en tu vida?

Te encontrarías muchas veces actuando tal cual como lo valores en tu pensamiento y palabra. Tomando lo que ejemplifiqué anteriormente: tendrás actitud de incapaz para realizar tal acción, te verás esperando para ejecutar la acción, te verás siendo decadente porque cada día empleas menos acciones y más pensamientos, y estas son las consecuencias que generan tus pensamientos.


Los valores en nuestra vida son una composición realizada por las creencias establecidas en muy temprana edad. Estas creencias no son nuestras, pero nosotros aceptamos creerlas.

Las creencias son el resultado de la estructura social y cultural en la que crecemos y con la cual nos educan.

Nos educan de la manera en que nuestros padres, amistades, profesores e incluso desconocidos, han sido educados, es un proceso en cadena de transferencia de valores socioculturales, y finalmente lo que es afuera, termina siendo lo que tenemos adentro.

Estas creencias están implantadas en nuestro subconsciente, no son pensamientos conscientes, sino automáticos, por ello es que el autoconocimiento es la base principal para tomar contacto con esas creencias, observarlas (el arte de la introspección) y poner en marcha el plan de renovar las creencias, lo que significa, decidir realizar nuevos acuerdos contigo mismo y comenzar a valorar la vida acorde a tus propias nuevas creencias, tu propio valor de la vida y comenzar a ver objetos y no sujetos en todas tus experiencias (aunque parezca imposible ahora) porque de eso están hechas las vivencias: de contactos, estímulos, impactos (con y para con nosotros mismos nada más) a través de los objetos del universo, no a través de seres y memoria de vivencias, pero lo hacemos de este modo automáticamente aunque sabemos que la realidad es neutra y el color de nuestros propios sueños le da la forma al paisaje que pintamos.


Para realizar un cambio y demostrarte a ti lo que realmente puedes ser, hace falta solo una cosa, como dice la frase de Víctor Hugo, “Lo que diferencia al cobarde del valiente es que el valiente lo intenta”.

La acción es el único medio para demostrarte lo que puedes llegar a ser, puedes saber incluso muy bien lo que eres, pero no lo que puedes llegar a ser y esto solo se consigue cuando se vuelve acción tu vida.

No hace falta tener un conocimiento elevado ni ser un sabio, solo basta con ser consciente de que tú eres el que decide tu presente, que tú eres el que puede redefinir los valores de tu propia vida, que tú eres el que está ahora decidiendo crear con la acción.

Todas las acciones se dan con un objetivo, con un acuerdo preestablecido, por ello, la acción debe ser una acción proactiva, una acción positiva con un enfoque dirigido ya sea al éxito, al crecimiento, a la conquista, o lo que desees demostrarte a ti mismo. Si eres capaz de decir que te consideras una gran persona, haz algo grande, si eres capaz de decir que te consideras un ser único, haz algo único, si eres capaz de decir que te consideras un ser consciente, haz cosas conscientemente.


¿Qué piensas acerca de la relación de pareja? ¿Que piensas acerca del ser humano? ¿Qué piensas acerca de Dios? ¿Qué piensas que sea ser normal?

Quienes cotejan estos valores y posteriores pensamientos son el mundo de creencias que hemos construido, tal como un paisaje onírico, en nuestra mentalidad.

En ella hay un juez y un culpable, villanos y nobles, dominados y dominantes tiranos…

En esto nos hemos convertido, y es uno de los signos que nos hace diferentes uno de otros. (La capacidad de crear leyes, juicios y sentencias internas).

Ese juez y esclavo que somos se basa en las creencias para existir y es lo que podemos modificar, porque las voces tanto del juez interior, como las del esclavo, no son más que emociones (conmociones). No son acciones, pero las dirigen e impulsan. Estas emociones nos estructuran la realidad y de ellas nos alimentamos para sentir que tenemos una identidad en este mundo, que somos, aunque no lo deseemos, personas amargadas, conflictivas, idealistas, rencorosas, entusiastas, rebeldes, impulsivas, desaprensivas, odiosas, cariñosas y etcétera.


Pero lo esencial es reconocer que yo no soy ese juez ni soy ese esclavo, yo estoy permitiéndome eso pero no lo soy, yo no soy mis creencias, yo soy el poder de aceptarlas o cambiarlas. Ese juez y esclavo es un estado mental momentáneo, una condición pactada conmigo mismo de manera subconsciente, pero que si no trabajo en superarlo (vaciarme) será un estado permanente y del cual necesitaré su estimulo en cada circunstancia de mi vida, ya sea para aliarme al dolor, o incluso a la satisfacción.

Hemos aprendido a ser lo que hoy somos simplemente porque aplicamos acciones, pero estas acciones son repetitivas, esta es la única razón por la que sabemos ser como somos, porque lo hemos repetido tantas veces que nos volvimos maestros de ello.

Ahora llega un tiempo en donde hay que educar al niño que aprendió a vivir tal cual hoy vivimos, y ese niño que eres tú, ahora tiene consciencia de hombre. Simplemente haz el intento y estarás más allá del logro, serás parte de la evolución del hombre.

Martin Garello – Vida Lúcida.





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