Las páginas en blanco de los libros tienen una función… y no es la que imaginabas





Las páginas en blanco son, desde hace ya varios años, un factor común que aparece en todos los libros. Si bien parecen inútiles, en realidad guardan una importante función estética, que es ocultar las partes “más feas” de la encuadernación.

Así mismo, estas páginas en blanco también sirven para que el lector pueda darle “un valor agregado” al libro.

“Son espacios que contienen dedicatorias, dibujos, caricaturas, anotaciones de trabajo…Estas anotaciones son un valor añadido de una trascendencia no siempre valorada. Individualizan al ejemplar, le dan personalidad y nos hablan de una historia paralela, en ocasiones, mucho más vibrante que el propio texto”, explicó Arsenio Sánchez, restaurador de la Biblioteca Nacional de España.



En este sentido, el especialista pone como ejemplo un poema manuscrito por Lord Byron, que fue hallado en una página en blanco de un libro del año 1810; dicho texto fue incluido en una publicación del poeta cuatro años después.

Quien también remarca la función estética de las páginas en blanco es el escritor y periodista argentino Cristian Vázquez.

“Son como el blanco de los márgenes que rodean el texto en cada página. Una página con márgenes pequeños, con un interlineado escaso, con tipografía fea y diminuta, cansa al lector, lo incomoda, lo predispone mal. Tiene una mala influencia inevitable sobre la lectura. Con las páginas en blanco pasa algo parecido. En cambio, cuando están en su lugar, brindan al lector la tranquilidad que necesita. Y, además, hay un valor agregado en la escritura manuscrita sobre las páginas de un libro que lo distingue de todos los demás ejemplares, lo hace único”, señaló el periodista.



Por otra parte, ambos especialistas destacan que este tipo de páginas no existieron siempre. “En los siglos XV y XVI solía utilizarse con frecuencia la encuadernación que llamamos flexible, es decir, aquella que no lleva guardas. Con el tiempo, cuando las tapas se volvieron más duras, fue necesario agregar las guardas para reforzar la estructura de las publicaciones. Y la mejor opción para ello era incorporar hojas”.

En este sentido, ambos expertos destacan que las páginas en blanco hoy son un elemento obligado que no puede faltar en ninguna publicación.

“Un libro es como una habitación, la habitación propia de cada lector. Y las páginas en blanco del inicio sirven para adentrarnos en el texto sin prisa, con aire a nuestro alrededor. ¿Ven que son más útiles de lo que parecen?”concluye Arsenio Sánchez.





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