¿Eres amante de la ortografía? Seguramente te identificarás con este texto.





La ortografía es algo indispensable para la vida diaria y es, incluso, nuestra carta de presentación mediante las publicaciones electrónicas. Si gozas de una buena ortografía, es más probable que una empresa te contacte para un trabajo, pero si eres “dhe loz ke ezcribhen azí” será mejor que empieces a practicar. Por lo pronto, aquí te dejamos una lista de qué es lo que sucede cuando eres adicto a la buena ortografía.



1. No entiendes cómo alguien puede confundir el “ahí” con el “hay” y el “ay”. Y es que en las redes sociales siempre vemos personas diciendo “hay amiga” y sentimos un micro infarto. ¿Cómo los diferencias? Fácil: ¡Ay! es para exclamar, “ahí” es para indicar algún lugar y “hay” es del verbo haber.

2. No entiendes cómo hay gente en altos cargos que escriben mal. Todos conocemos una persona con cargos importantes, pero al momento de leer algún documento que venga de ellos, nos da el patatús al ver la pésima ortografía con la que escriben. Y tampoco entendemos cómo no les da pena.


3. Evitas hablar con gente que tiene mala ortografía. Es muy común que la gente te escriba por redes sociales sin usar acentos o signos de interrogación o de exclamación, lo cual es totalmente comprensible pues muchos lo hacen desde el celular, pero, ¿escribir “azí” o “hací”? Leer a estas personas nos causa un tic en el ojo y tenemos deseos de golpear nuestra cabeza contra el teclado (o el celular).

4. Odias cuando alguien te escribe con mala ortografía teniendo fines amorosos. No hay nada más anti sexy que una persona mandándote mensajes de amor como “deceo que tengas un buen dia”. No, no tendrás un buen día después de haber leído eso.



5. La ortografía se hace un requisito indispensable para encontrar pareja. Puede haber una chica o un chico que nos hace derretir, pero después de ver cómo escriben, salimos corriendo. En cambio, si una persona muestra una buena ortografía, muy bien, pasó la prueba y sentimos alivio.

6. Escribes y lees más de dos veces lo que escribiste. Si eres fanático de la ortografía, antes de enviar un correo o de subir una publicación en Facebook, relees lo que has escrito, no vaya a ser que se te haya pasado una tilde o una coma. ¡Qué horror!



7. Te dan ganas de llorar cuando alguien escribe solo con mayúsculas. Y es que usar tanta mayúscula es signo de gritos y agresividad, pero dejando de lado eso, el escribir todo con mayúsculas hace que el texto se vea poco serio, desaliñado, desesperado; así que te da el tic en el ojo y dejas de leer. Pero si algo odias más que el abuso de las mayúsculas, Es La GeNtE QuE uSa MaYuScUlAs Y mInUsCuLaS.

8. Lees algo mal escrito y te dan ganas de gritar. Pero no solo eso, sientes unas enormes ganas de abofetear al que escribió tal cosa. Pero a veces es tanto el enojo, que en vez de meterte a comentar un video o una publicación, solo entras para molestar a las personas que escriben mal. Sí, no eres el único que lo hace.

9. Pierdes respeto por los demás. Lees una publicación escrita con tan mala ortografía que no importa si lo subió tu padrino el doctor, de inmediato relacionas su mala ortografía con sus fallas laborales y hasta personales.



Con tantas campañas promoviendo el leer y el usar buena ortografía, nos cuesta trabajo entender cómo aún hay gente que escribe tan mal. Y si en este caso, eres tu al que molestan los demás, ¡no te preocupes! Esto tiene solución. Los libros pueden convertirse en tus mejores aliados y si no sabes cómo se escribe una palabra, puedes buscarla en el diccionario o buscarla directamente en Google, ahí sabrás si tu palabra es correcta.

Te invitamos a mejorar tus habilidades lingüísticas, recuerda que aunque la ortografía no enamora, nadie se ve con alguien que los quiera “aser mui felises”.




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