
Cuando una persona intenta recibir lo que “le hace falta” de
una pareja, está claro que ella no busca ni conoce el amor, más bien intenta
llenar los vacíos de un desequilibrio que no la deja avanzar.
Vivir no significa respirar, levantarte todos los días,
cepillarte los dientes y salir a cumplir tus obligaciones. Esas actividades
comprueban nuestra existencia, pero no le dan ningún sentido a nuestra
realidad, es por ellos que necesitamos encontrar el equilibrio entre lo que
deseamos y lo que estamos haciendo para conseguirlo.
Exigirle al otro que cumpla ciertas expectativas, que nos
entregue partes de su vida o que nos resuelva partes de la nuestra, no tiene
que ver con amor o solidaridad, sino con una dependencia sembrada en la
inmadurez de nuestras emociones y concepciones.
Las cosas que una persona madura no le exige a su pareja en
una relación van desde la forma en que se demuestra el cariño, hasta el futuro
que planean compartir juntos. Finalmente cada uno decide qué y quién nos puede
hacer felices, pero también quién ha dejado de hacernos sentir plenos.
1. Jamás esperes que te mantengan. El apoyo económico es
importante, pero en una pareja ambos deciden cómo llevarán sus finanzas. Una
pareja no es sinónimo de un ingreso mensual y demostrar una incapacidad para
valerte por ti misma te arrebata toda tu independencia, pues eso también quiere
decir que no eres capaz de tomar decisiones por ti mismo.
2. Nunca le pedirá que deje su trabajo o actividades para
pasar más tiempo juntos. Una persona madura es quien sabe discernir entre
cantidad y calidad cuando se trata de compartir tiempo con su pareja, por lo
tanto no dejará de lado sus pasiones o su profesión para enfocarse sólo en ti.
Así que tampoco intentarás que él no cumpla con su trabajo o abandone su
prioridades por pasar más momentos juntos.
3. No pretenderá decidir quiénes serán sus amistades y a
quiénes deberá dejar de frecuentar. Una persona racional no aceptaría perder el
contacto con alguna amistad sólo porque su pareja se lo exige, por lo tanto uno
tampoco puede pedir algo así.
4. Los planes a futuro y los compromisos en pareja son
cuestiones que deben decidir entre los dos, por lo tanto una persona madura se
aseguraría de elegir como compañero de vida a alguien que compartiera sus
sueños.
5. No exige que su pareja aparente algún estereotipo, pues
lo importante son los valores verdaderos y no los superficiales. Una persona
madura conoce todo de su pareja y por lo tanto se enamora de una persona real,
no de alguien a quien pretende cambiar para su conveniencia.

6. Nunca reclamaría sobre la forma en la que se le expresa
su amor por medio de las redes sociales. Exigirle a una pareja que cambie su
foto de perfil o nos dedique algún estado en Facebook es realmente estúpido,
pues eso no prueba absolutamente nada. Si tu pareja disfruta compartir
publicaciones sobre su relación tómalo como un cumplido, si no lo hace, una
persona madura sabe que eso no afecta la complicidad de su relación.
7. Una persona adulta no espera que su pareja se convierta
en una máquina de acero. Alentarse entre los dos a llevar un estilo de vida
saludable es importante y provechoso para su relación, pero demandarle que pase
dos horas en el gimnasio o forzarlo a que lleve una dieta especial es algo que
una persona madura nunca haría.
8. Una persona sabia no requiere de ninguna “prueba” por
parte de su pareja. Cuando una relación está construida sobre una base de
confianza uno nunca le pediría a su pareja que le muestre su celular o que le
dé las contraseñas de todos su asuntos privados. Para una persona madura eso
sería una falta de respeto intolerable.
El respeto, la cordialidad, paciencia y empatía son algunas
de las características que representan a una persona madura. Por esa razón es
fácil diferenciar entre una persona que ha encontrado el equilibrio en su vida
y una que sigue en busca de él.
Algo asi como dijo Eladia Blasquez" Vivir no es transcurrir..honrar la vida."
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