
Meryl Streep es una gran actriz, pero sobre todo ha mostrado
ser una mujer admirable, cosechando éxitos y atrayendo admiradores allí por
donde pasa. Hablamos de una mujer enigmática, con templanza y carácter que se
ha hecho un hueco irremplazable en el corazón de Hollywood y en el de sus
seguidores.
Está hecha a sí misma, no a imagen y semejanza de lo que se
espera de una mujer en la industria del cine. Su autenticidad, su sensatez, su
sensibilidad y su incomparable presteza en la interpretación son los aspectos
que más destacan en Meryl Streep.
Los premios y reconocimientos a su desempeño y su carrera
son numerosos. Streep ha recibido veintiuna nominaciones a los Óscar,
convirtiéndose por ello en la mujer con más candidaturas a estos premios; se
hizo con ellos por su papel de reparto en Kramer vs. Kramer, en La decisión de
Sophie y en La dama de hierro.
En los Globos de Oro ha recibido treinta nominaciones, de
las que ha ganado ocho. Además, en 2017 le otorgaron el Premio Cecil B. DeMille
en honor a toda su carrera. Otros importantes reconocimientos que ha recibido
son: tres Emmy, dos premios del Sindicato de Actores, dos BAFTA y un premio en
el Festival de Cine de Cannes. Como vemos, su palmarés profesional es
impresionante.
Poco sabemos de su vida privada desde que contrajo
matrimonio con su marido actual. Un hecho a destacar teniendo en cuenta que se
mueve en un entorno donde la prensa sensacionalista tiene un poder muy grande,
capaz de encumbrar o de arrastrar personas sin inmutarse en búsqueda de la
polémica.
Sabemos que Meryl Streep amó profundamente a John Cazale, ya
fallecido por culpa de un cáncer en 1978. Sabemos que lo acompañó en cada momento
y que esa unión resultó alentadora y admirable para quien la contempló.

Tras vivir un doloroso y largo duelo, Don Gummer llegó a su
vida para convertirse en su segundo y definitivo gran amor. Meryl Streep
siempre ha dicho que aún no ha superado la pérdida de Cazale, pero que Gummer
le ha enseñado que la vida sigue y que ese trozo de sendero por explorar
también puede ser maravilloso. A su manera, de otra forma.
17 reflexiones de Meryl Streep
Su crítica a Donald Trump o su defensa de los derechos de las
mujeres nos hablan de una persona comprometida con lo que sucede en el planeta.
En estas y otras declaraciones encontramos sensibilidad, pero también sensatez.
Su mirada vital es trascendental y coherente, por lo que sus reflexiones dejan
un poso de riqueza a quienes las atienden. Repasemos algunas de ellas:
“Que nadie me arrebate las arrugas de mi frente, conseguidas
a través del asombro ante la belleza de la vida; O las de mi boca, que
demuestran cuánto he reído y cuánto he besado; Y tampoco las bolsas de mis
ojos: en ellas está el recuerdo de cuánto he llorado. Son mías y son bellas”.
“Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya
vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que
no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. No tengo
paciencia para el cinismo, envidias, críticas en exceso y exigencias de
cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quién no agrado, de amar a
quién no me ama y de sonreír para quién no quiere sonreírme. Ya no dedico un
minuto de mi tiempo a quién miente o quiere manipular a mí misma u a otras
personas”.
“Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, lo
superficial, la deshonestidad y elogios baratos. No consigo tolerar la
erudición selectiva y la altivez académica. No soporto conflictos y
comparaciones. Creo en un mundo de opuestos y por eso evito personas de
carácter rígido e inflexible”.
“En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la
traición. No me llevo nada bien con quién no sabe elogiar o incentivar a las
personas. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no
gusta de los animales. Y, por encima de todo, ya no tengo paciencia ninguna
para quién no merece mi paciencia”.
“Mis acciones son lo que me representan como ser humano, no
mis palabras”.
“La gratificación instantánea no llega lo suficientemente
rápido”.
“Mi familia es lo primero, siempre lo ha sido y siempre lo
será“.
“No confundas tener un título universitario con tener
educación. El título es un papel, educación es responder cuando te dan los buenos
días”.
“El gran don de los seres humanos es que tenemos el poder de
la empatía“.
“Siempre lleva tus creencias en cada área de tu vida, lleva
tu corazón al trabajo y espera lo mejor de todo el mundo”.
“Mis acciones son lo que me representan como ser humano, no
mis palabras”.
“Al final, lo que importa es lo que tú sientes. No lo que te
dijo tu mamá. No lo que te dijo otra actriz. No lo que todo el mundo te ha
dicho, sino esa pequeña pero latente voz dentro de ti”.
“Prefiero ser rebelde que esclava. Insto a las mujeres a la
rebelión“.
“Algunas personas están llenas de compasión y del deseo de
hacer el bien, y otras simplemente creen que nada va a marcar la diferencia”.
“Si tienes un cerebro, estás obligado a usarlo”.
“Debes aceptar que envejecerás. La vida es valiosa y cuando
has perdido a mucha gente, te das cuenta de que cada día es un regalo”.
“Mujeres: no se preocupen por su apariencia. Lo que te hace
diferente o extraña; esa es tu fuerza”.
“La maternidad tiene un efecto muy humanizante. Todo se
reduce a lo esencial”.
“Tienes que seguir haciendo lo que haces. Es la lección más
importante que he aprendido de mi esposo, él siempre dice: Sigue adelante,
empieza por empezar“.
Estas son algunas de las reflexiones vitales y, por lo
tanto, íntimas que Meryl Streep ha legado a la sociedad. Compartir los propios
pensamientos es un gran acto de generosidad, pero además es que, sin lugar a
dudas, es difícil que algunas de estas palabras no nos seduzcan, pues están
llenas de lucidez, certeza y sencillez.
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