
La empatía es un valor fundamental en todo tipo de
circunstancias, pero además no sólo es aplicable en la educación de los niños,
también los adultos debemos ejercerlo y practicarlo, más aun si estamos en
contacto directo con los niños, como es el caso de padres y educadores.
Ser un maestro empático es fundamental, y es que este valor
ejerce un fuerte poder sobre sus alumnos: les motiva, estimula y es clave para
su desarrollo académico. Así lo demuestra un estudio finlandés llamado
"Primeros Pasos" y elaborado por la Universidad de Juväskylä y la de
Turku, en Finlandia.
Por qué la empatía del profesor es básica para el desarrollo
del alumno
Todos hemos tenido profesores de diferentes tipos:
motivantes, vocacionales, estimulantes, aburridos, autoritarios, desafiantes...
Hemos tenido buenos y malos profesores. ¿Cuál es la diferencia entre ellos?
Quizás una de las respuestas resida en el nivel de empatía del profesor hacia
el alumno.

La importancia de ser empático en el aula con los alumnos y
mantener un ambiente agradable y cálido obtiene mejores resultados sobre los
alumnos que la férrea disciplina y la distancia con el estudiante. Así lo
demuestran una investigación llevada a cabo en Finlandia que demuestra que la
interacción entre el alumno y el profesor es más importante que otros factores
como los materiales con los que se trabaje o el número de estudiantes que haya
en un aula.
Este estudio viene a confirmar que los primeros años de
colegio, durante la educación primaria, son fundamentales para el alumno, se
trata de un período crítico en el que una buena relación con su profesor
conseguirá todos estos resultados sobre el niño:
- Facilitará su aprendizaje.
- Potenciará sus ganas de aprender y les motivará a
estudiar.
- Le ayudará a tener una buena autoestima, a creer en sí
mismo.
- Fomentará que tenga una buena imagen frente a sus
compañeros.

- Les ayudará a establecer metas, a luchar por superarse y
conseguir objetivos.
- Fomentará el aprendizaje no memorístico sino por la
satisfacción de obtener nuevos conocimientos.
En definitiva, una buena preguntas que se debe hacer cada
educador es: ¿cómo quieres ser recordado por tus alumnos? Si la respuesta es:
como su mejor profesor, la clave está en la empatía.
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