
Decir que “si te hubiese
amado no te hubiera dejado”, es un una afirmación completamente errónea. Tanto
hombres como mujeres terminan relaciones con la persona que aman, todo el
tiempo. Este tipo de rompimientos pueden ser totalmente evitados si conoces las
causas que conducen a un hombre a tomar esta decisión.
Los hombres se enamoran,
pero tienen la habilidad de separar los sentimientos de la lógica, y en muchos
de los casos, la lógica es más fuerte que el corazón. Aunque parezca increíble,
para ellos analizar si podrán realmente hacer feliz a su pareja es importante,
entienden y saben que si eta es feliz, ellos también lo serán. Hay tres
factores que impactan en la posible huida de un hombre de los brazos de la
mujer a quien aman:
1. Miedo a no ser lo que la
mujer realmente quiere que sea
Una popular canción del
cantante Ricardo Arjona, ilustra en pocas palabras este sentimiento: “Estoy en
medio del que soy y del que tu quisieras. Queriendo despertar pensando como no
quisiera”. La canción ilustra el dialogo entre una pareja que se hecha
mutuamente la culpa por haber fracasado.
Las mujeres tenemos una gran
predisposición a adaptarnos al hombre que nos gusta en nuestro afán por
conquistarlo. Si el fútbol no nos gustaba, de repente sí nos gusta y hablamos
de deportes como expertas. Los hombres en cambio no comparten esa flexibilidad
y buscan a alguien que los acepte como son. El miedo a no ser lo que la mujer a
quien aman aspira, los paraliza y los impulsa a renunciar a la relación.
Lo más importante es ser auténtica,
no fingir, y no tratar de cambiarlo. Si no es romántico, no le impongas que lo
sea, aprecia las virtudes que él posee y no te obsesiones con las que a ti te
gustaría que tuviera.
2. Teme perder su identidad,
no su libertad
Cuando escuchamos decir que
los hombres no quieren perder su libertad, en seguida pensamos en que
seguramente quiere seguir viviendo como si fuera soltero, y la infidelidad se
apodera de nuestro pensamiento.
La verdad, en la mayoría de
los casos, es mucho más simple que esa. Ellos no quieren perder su identidad.
Cuando comenzamos a tener problemas en nuestra relación, todos inevitablemente,
regresamos con nuestras mentes al principio, a cuando recién nos conocimos y a
ese tiempo en el que todo parecía color de rosas.
Al principio respetamos el
espacio de la otra persona, nos vemos, salimos, pensamos en ellos, pero los
vemos como a un individuo, como a alguien separado de nosotros mismos, a
alguien que tiene una vida, necesidades, gustos, sueños y proyectos. Cuando
unimos nuestra vida a la de alguien, unimos todo, menos la individualidad. Aún
seguimos existiendo como seres humanos separados, con cosas que aún queremos
lograr, con amigos a los que queremos visitar y con necesidades distintas a las
de la vida como una pareja. Si tú dejas que tu pareja se realice como persona,
que progrese, que se relaje, que siga existiendo aparte de ti, tu relación se
convierte en una empresa indestructible.

3. No puede sentir
exactamente lo mismo que tú a la misma velocidad
Ningún ser humano es igual a
otro, y por ende desarrollamos nuestros pensamientos y sentimientos de
diferentes maneras, y a variadas velocidades. Saber que alguien te ama con
cierta intensidad y que “no puede vivir sin ti”, puede llegar a convertirse en
una presión.
Los hombres por naturaleza
tienen más dificultades en expresar sus sentimientos, simplemente porque les
cuesta más que a las mujeres, saber con certeza lo que sienten. Nosotras nos
apegamos a todo lo que vemos en segundos, amamos a los animales, las plantas,
los niños, los ancianos, los comerciales, amamos a todos, amar es nuestra
especialidad. Ellos no son así, y al preguntarse si te aman con la “misma
intensidad”, algo que es cien por ciento subjetivo, porque sólo el que tiene el
sentimiento puede juzgar cuanto ama a la otra persona, pueden sentir que no te
merecen y en lugar de acercarlos, los alejas.
“Que fácil fue tocar el
cielo la primera vez cuando los besos fueron el motor de arranque que encendió
la luz que hoy desaparece”, dice el estribillo de “Fuiste Tú”, ilustrando lo
fácil que es llevar a algo que nos trasportaba al cielo, al fracaso.
Guau, que buenas reflexiones...soy soltera, no por decisión, mi exesposo fue infiel, pero hoy me siento tranquila, estoy saliendo con alguien, con quien estoy aprendiendo mucho, y esto que estoy leyendo me gusta mucho, para aplicarlo a esta nueva relación, la que no se si funcione, pero quiero intentarlo, muchas gracias
ResponderEliminarCasi estoy en proceso de divorcio. Quise mucho a mi esposa...pero siento que ella mató mi amor. Es difícil levantarse de nuevo, pero no me quedaré sentado pensando en un hermoso pasado que ya no existe.
ResponderEliminarPodria ser cultural el que las mujeres aman con mayor facilidad y no meramente biológico, aunque sospecho que no porque ellas son las que cargan a los críos en el vientre y si ellas no poseen la capacidad de abnegarse por sus hijos, no habríamos llegado tan lejos.
ResponderEliminarPor otro lado, esa distancia innata de los hombres de llevar la gran responsabilidad de mantener cerca a sus crios y a sus mujeres es lo que posiblemente afianzó esos códigos sociales, donde a los hombres no se les ha exigido tanto cariño, amor, delicadeza, detalle, sensibilidades, ternura, etc, y es lo que los hace menos propensos a ello, puesto que las mujeres usurpan o han usurpado esas "tareas" y los hombres se han "aprovechado" de eso. Sin embargo, comos las tecnologías nos han permitido vivir más cómodamente hoy día, esos roles BIO/sociales/culturales han facilitado y hasta forzado otras conductas, aunque todavía están latentes bajo la superficie