
Una leyenda mencionaba la existencia de una persona que
salía de fiesta sin tomar chupitos, cerveza, vino, cubatas o cualquier mezcla
espirituosa. Decían las malas lenguas que ese extraño ser aguantaba hasta las 7
de la mañana sin probar una gota de alcohol, rechazando ofrecimientos etílicos
con gran estilo y bailando toda la noche gracias a una droga llamada ‘música’
que mezclaba con algo conocido como unas ‘risas sanas’. En la redacción, tan
sorprendidos como tal vez consternados por el rumor, siguieron la pista de ese
‘bicho raro’ que casi se había convertido en un ser mitológico. Pero no tenían
que buscar muy lejos: yo era ese espécimen.
Así es ‘amiguis’, nada de compararlos con los unicornios
o los dinosaurios, los seres humanos que saben salir de fiesta y divertirse sin
tener que beber alcohol EXISTEN. Por muy extraño que parezca, no todo el mundo
tiene ‘el chichi pa farolillos’ ni el gusto para el ron o la ginebra. Si odias
que te llamen ‘abstemio’ o ‘soso’ pero te gusta ir a festivales de música, tomar
algo con los amigos en un bar o simplemente acabar la fiesta en una discoteca,
seguro que has pasado por unas fases similares cada noche.
El choque con lo extraño
No hace falta que sean las tantas de la madrugada para
tener la primera situación chocante, siempre iniciada por una persona atónita
que no entiende por qué no llevas nada de alcohol en la mano:
– ¿Y eso que no bebes?
– Bueno, llámame loco, pero creo el Nestea es una bebida.
– Digo alcohol. ¿Es porque vas a conducir?
– No, es que no me gusta beber alcohol.
– Pídete una cerveza aunque sea, hombre.
– (Cara de oler mierda)
– Venga, que yo te invito.
– (Doble cara de oler mierda: arrugas aún más la nariz)
Podría relatar mil conversaciones iguales, pero ya de
primeras debería resultar curioso el hecho de insistir tanto a la persona que
no bebe. ¿Es necesario? No tendría que sorprender ni incitar a más preguntas
como: “O sea, ¿eres abstemio? ¿Y sales por ahí sin beber? ¿Entonces cómo te
diviertes?”. Lo sé, es complicado no responder con una mezcla de hartazgo y
sarcasmo, siempre con frases cortantes o más preguntas: “sí, soy todo un
valiente y salgo por ahí sin beber. A veces incluso con el móvil al 50% de
batería, no cojo chaqueta y me pongo a bailar en la discoteca. Algunas veces
tengo ideas locas y pienso: ‘hostia, hoy podría cantar las canciones’.” (Por
cierto, ¿hay palabra más fea que ‘abstemio’?)
Más preguntas
Lo más normal cuando explicas que no te gusta el alcohol,
-algo que muchas veces ya se encarga de adelantar alguno de tus amigos cuando
ven tu cara de asco- es que tengas esta conversación:
– ¿No bebes alcohol por algo que te pasó?
– Sí claro, porque es necesario un ‘dramita’.
– Igual hay una bebida que te gusta y no la has probado.
– ¡Oh! Tienes razón, voy a por un Aquarius.
También sucede que alguien se sorprenda tanto con la
situación que decide insistir más en el hecho de invitarte a una copa, a lo
que, como español, pues tampoco voy a rechazar algo gratis, ¿sabes?. Eso sí, va
a quedar intacta en la barra. De hecho, como dice una amiga mía, puede que sea
“la única persona de España que no miente cuando dice ‘esta cerveza no es mía,
se la estoy sujetando a un amigo’”.

La liberación
Lo bueno de que avance la noche es que esos pesados ya
van muy ciegos o se han marcado una bomba de humo, técnica muy recomendable con
la gente así de cansina. Aún así, todavía puedes tener alguna conversación más
con argumentos irrefutables:
– Entonces, ¿aguantas hasta el amanecer por las drogas
no?
– (ojos en blanco)
– Y en un festival, ¿qué haces?
– (Emoji Cuchillo + Pistola + Bomba + Fuego + Rayo)
Tras la retahíla de preguntas, en ese momento hay dos
opciones: golpe de remo o salir por patas. Como no queremos tener la
repercusión de ‘caranchoa’, casi que mejor cerrar la puerta y ‘pirarse’, porque
en muchas ocasiones no merece la pena seguir explicándole. Para aclararnos, mis
referentes más allá de Sheldon Cooper (cuando no bebía) serían Blake Lively,
que dice no haber probado el alcohol en su vida; o Jared Leto, que le encanta
la comida y pasa de beber. ¿Por qué nadie me invita a pizza antes, durante o
después de la discoteca? Ahora, reflexión final: Se acercan unas ‘fechas muy
señaladas, una época donde la bondad viene en forma de alcohol y polvorones,
así que esperamos haber colaborado al diálogo social y a mantener la unidad de
España. Por favor, si alguien no quiere beber, sed buenos.
PD: si algún día me dan un premio haré como Leona Lewis,
que brindó con ‘Champín’ porque odia el sabor del alcohol.
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