
En las alturas del Tibet se encuentra una sociedad donde
no existe el matrimonio, y por lo tanto, tampoco existe el divorcio, las
mujeres rigen y todo se dictamina según el linaje materno. Los núcleos familiares
tampoco son algo que se halle dentro de la sociedad de la comunidad de los
Mosuo, ubicada en el suroeste de China al pie del Himalaya. Descubre más sobre
esta tribu tibetana.
Bajo un matriarcado vive una tribu tibetana con una larga
tradición
Aunque suene extraño una sociedad sin padres, sin
matrimonio ni divorcio y donde no existen familias nucleares, es una realidad.
La abuela se sienta en la cabecera de la mesa y todos sus hijos e hijas viven
con ella, junto con los hijos de esas hijas, siguiendo la línea materna. El rol
de los hombres es más bien el de donantes de esperma que inseminan a las
mujeres, pero tienen, muy a menudo, poca participación en la educación de sus
hijos.
Este mundo progresista, feminista o matriarcado
anacrónico -tan sesgado como cualquier sociedad patriarcal, dependiendo de su
punto de vista- existe en un exuberante valle en Yunnan, al suroeste de China,
a los pies del lado oriental del Himalaya. Son una antigua comunidad tribal de
budistas tibetanos, conocidos como los Mosuo, y viven de un modo
sorprendentemente moderno: las mujeres no solo son tratadas como iguales, sino
como superiores a los hombres y ambos sexos tienen tantas o tan pocas parejas
sexuales como deseen, sin ser juzgados por ello. Además, las familias en
conjunto educan a los niños y cuidan a los ancianos.

Los hombres y las mujeres practican lo que se conoce como
un “matrimonio ambulante”, un término elegante para lo que son esencialmente
furtivas, conexiones nocturnas con los amantes conocidos ,como “axia”. Un
sombrero de hombre es colgado de la manija de la puerta de los cuartos de una
mujer como una señal a otros hombres para no entrar. Estos van desde una sola
noche hasta encuentros regulares que se profundizan en asociaciones exclusivas
y de por vida, y pueden o no terminar en el embarazo. No obstante, las parejas
nunca viven juntas, y nadie dice, “yo acepto”.
Las mujeres poseen y heredan propiedades, siembran
cultivos en esta sociedad agraria, y administran los hogares -se encargan de la
cocina, limpieza y crianza de los hijos-. Los hombres proporcionan fuerza,
arando, construyendo, reparando casas, sacrificando animales y ayudando con
grandes decisiones familiares, aunque la última palabra siempre la tiene la
abuela.
A pesar de que los hombres no tienen responsabilidades
paternas, puesto que es común que las mujeres no sepan quién es el padre de sus
hijos -y no hay estigma vinculado a esto-, tienen una responsabilidad
considerable como tíos de los hijos de sus hermanas. De hecho, junto con los
tíos mayores por el lado materno, que a menudo son los tíos de menor edad de
los hogares. Estos tíos más jóvenes son la principal influencia masculina en
los niños.
¿Qué te parece esta curiosa comunidad?
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