
Una investigación del Centro
para BrainHealth de la Universidad de Texas (EEUU) ha concluido que los efectos
del consumo habitual y prolongado de marihuana en el cerebro dependen de dos
factores: tanto de la edad de consumo como del tiempo que se prolongue este
consumo. Las consecuencias en el cerebro son igualmente alarmantes.
El trabajo realiza una
descripción exhaustiva de los efectos negativos, a largo plazo, en el cerebro
de los consumidores de marihuana; entre otros, destacan anomalías en la función
cerebral y en la estructura, ya que se produce una degradación progresiva de la
conectividad estructural, el cableado del cerebro.

La investigación contó con
la participación de 48 consumidores de marihuana crónicos (con una media de
tres dosis al día) y 62 adultos no consumidores, con idéntico sexo y edad. La
comparación de los resultados de los escáneres cerebrales mediante técnicas de
resonancia magnética múltiple de ambos grupos revelaron que los consumidores de
marihuana tenían un menor volumen cerebral en la corteza orbifrontal
(relacionada con las adicciones) y una menor conectividad cerebral que los
sujetos no consumidores.
“Los datos muestran que la
gravedad de la utilización está directamente correlacionada con una mayor
conectividad. Aunque nuestro estudio no concluye si alguno o todos los cambios
en el cerebro son una consecuencia directa del consumo de marihuana, los
efectos sugieren que dichos cambios están relacionados con la edad de inicio y
la duración del consumo de marihuana”, explica Francesca Filbey, líder del
estudio.

El trabajo, que ha sido
publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences(PNAS),
sugiere finalmente que la conectividad del cerebro parece degradarse con el uso
prolongado de esta droga.
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