
Al final me di cuenta que no
hice nada mal, que hasta fui mejor de lo que había sido en mucho tiempo…
Hace 3 meses empezamos un
camino juntos, un camino que sabíamos que estaba lleno de dificultades, donde
la distancia era el mayor problema, donde nuestras metas eran diferentes, tú
estás en servicio militar y yo en la universidad, nuestros enfoques de vida y
la forma de verla son diferentes, sabíamos que iba a ser difícil y aún así nos
arriesgamos.
He pasado por muchas
relaciones dolorosas una más que otras, me costó volver a abrir mi corazón,
volver a entregarlo, volver a confiar un vez más ciegamente en alguien, te dije
en algún momento que tenía miedo pero que quería apostar por ti, y me dijiste
que lo hiciera, que me ibas a demostrar que era una buena apuesta y que me
harías feliz por mis relaciones anteriores, sabía que no iba a ser todo color
rosa siempre, y que iban a haber días difíciles, estaba preparada para ello.
¿Te acuerdas cuando te decían que éramos parecidos?, y nos mirábamos y solo
reíamos?, recuerdas que buscábamos cualquier forma de poder vernos?, yo al
menos lo recuerdo a la perfección, siempre te dije que si algo no te gustaba me
lo dijeras, que siempre fueras sincero conmigo, porque yo lo iba a ser contigo,
pensé que había encontrado a alguien que me entendiera, que realmente
entendiera mi forma de ser, y así fue, hasta días antes de romper.
Comenzaste a ser más frío,
cada vez más y más, antes cuando lloraba por cualquier tontería, solo me
confortabas en tus brazos y me tratabas de hacer sonreír, pero luego te
molestaba que llorara, no sabías que hacer, y solo me decías que no tenía que
llorar, como si fuera un crimen, en ese momento estaba pasando por una
situación difícil, la más complicada en mis 20 años, pero en mi mente pensaba,
no estoy sola.
Sin embargo de un momento al
otro comenzaste a hablar cada vez menos, respondías a las horas mis mensajes o
decías que estabas demasiado ocupado, y lo entendía, sabía que era difícil esa
época en la escuela, y que tenías problemas en tu familia. Pero luego…
simplemente dejaste de hablarme, y por más que tratara de hablarte sólo
respondías de forma fría y cortante, ya no te reconocía, no reconocía al hombre
del que me había enamorado y quería tratar de entender que pasaba, dentro de
todo el caos que tenía en mi vida.

Un día, tratando de llamar
tu atención, te escribí tres mensajes, “yo no quería, pero en vista de cómo se
han dado las cosas, creo nos tenemos que dar un tiempo, que tú necesitas un
tiempo, y yo necesito no esperar nada”, claro que no quería esto, quería que
reaccionaras, “Maldición, no te quiero perder pero parece que no te importa”, y
realmente se sentía así, me sentí más sola que cuando te fuiste a campaña,
porque sabía que estabas ahí, que estabas leyendo lo que te escribía, “dime
algo, por favor, lo que sea”.
Ya no podía más, necesitaba
una respuesta, algo, lo que fuera, porque sentía que de verdad te estaba
perdiendo y ni siquiera sabía porque. A las horas obtuve tu respuesta, más frío
y cortante que nunca, diciéndome que no podías estar conmigo ya que tenías que
resolver problemas y que era una egoísta y que solo importaba yo. En ese punto
lloraba desconsoladamente como un niño que le quitan su juguete favorito, no
entendía qué había pasado, solo pedía un poco de tu atención, no esperaba que
estuvieras todo el día hablándome, pero quería saber que el hombre del que me
había enamorado seguía ahí.
Me dijiste que habían muchas
cosas que no te gustaban de mí, que no tolerabas, que te habías tomado el
tiempo para pensarlo. En ese momento me culpabas sólo a mí, que algo había
hecho mal, que algo estaba mal conmigo.
¿Pero sabes? Me di cuenta
que no hice nada mal, que hasta fui mejor de lo que había sido en mucho tiempo,
más calmada, mis amigos me decían que estaba mucho más paciente, sabías como
era, y aun así al primer problema que se nos presentó te fuiste, abandonaste el
barco, para mí y muchos fuiste un cobarde que no pudo conmigo, pero también me
di cuenta de que realmente soy fuerte. Muchas parejas tienen diferencias, hay
cosas que no le gustan al otro, y aún así siguen juntos, porque el amor y el
cariño son mucho más fuertes, quizás mi único y gran error fue confiar y
aferrarme a ti, como si fueras mi pilar. No fuiste un error, pero tampoco
fuiste un acierto.
Fue corto el tiempo, pero
aprendí muchas cosas, que si hay cariño nada es imposible, que si uno quiere
puede, y el no puedo lo pone uno, me despido de ti, quizás algún día nos
volveremos a encontrar, y siempre vas a tener un espacio en mi dañado corazón,
y cuando te veo, te voy a mirar con nostalgia, recordando los buenos momentos.
Y lo fuerte que me volví gracias a ti.
Comentarios
Publicar un comentario