
Nada resulta tan terapéutico
y reconfortante como conseguir que un niño se duerma mientras le leemos un
libro. La experiencia de la escucha es clave también para su dominio lector.
Además, a través de nuestra voz, llevamos al niño a ese universo fantasía y
aventuras donde su cerebro encuentra calma y la invitación a seguir soñando
feliz mientras duerme.
Francesco Tonucci es un
notable pedagogo italiano que ha basado todos sus trabajos en el estudio del
desarrollo cognitivo de los más
pequeños. Para él, algo tan sencillo como apagar la televisión y leer un libro
a nuestros hijos, es crear grandes lectores el día de mañana. Supone además,
acercarlos a un valor que los hará libres, más curiosos y por supuesto, dignos
herederos del legado que nos dejan los buenos libros.
Los niños se convierten en
grandes lectores en el regazo de sus padres, por ello, no dudes en ser el mejor
ejemplo, deja que te vean zambullirte en un mar de letras para que ellos naden
en un mar de sueños…
Si bien es cierto que a
veces estamos cansados y que resulta más fácil reunirnos todos ante la
televisión a última hora del día, piensa que la infancia de tus hijos es muy
breve, y el mejor momento «siempre es ahora». Aprovecha cada segundo y cada
instante, haz de ellos tus cómplices ante un libro, deja que el sueño les venza
en tu regazo mientras pones el fin a ese cuento. El día de mañana te lo
agradecerán…
Un libro abierto es un
cerebro que habla y una mente que escucha
Uno de los problemas que
solemos tener con los niños en lo que se refiere a la lectura, es que muchos se
acercan a los libros por obligación «escolar» y no por placer. Esto no debería
ser así. El buen lector se acerca por primera vez a esos océanos de letras en
su infancia por pura curiosidad y sutil desafío.
La lectura, como el amor, es
la piedra ideal para afinar el alma.
Algo tan sencillo como
darles libertad a la hora de escoger sus lecturas es algo que siempre trae
buenos resultados, pero aún lo es más el que nosotros mismos actuemos como
modelo. De hecho, para Tonucci, no hay mejor juguete que un libro y no existe
mayor acierto que favorecer la capacidad de escucha de los niños oyéndonos a
nosotros leer.
Para comprenderlo mejor, te
invitamos a tener en cuenta estos aspectos sobre los cuales, reflexionar.
Años de educación y aún no sabemos amarnos a
nosotros mismos Años de educación y aún
no sabemos amarnos a nosotros mismos
Son muchas las etiquetas que
reciben los niños a lo largo de su educación escolar, y muy pocas las miradas
que se detienen a comprender sus emociones.
Los beneficios de la lectura
relajada
Gracias a un trabajo llevado
a cabo por la «American Academy of Pediatrics» se nos reveló algo importante a
tener en cuenta: los niños de entre 2 y 6 años no deberían estar expuestos a la
televisión o a dispositivos electrónicos durante más de una hora al día. Desde
los 7 hasta los 12 años deberíamos controlar que no se excedieran de las 2
horas.
Según este estudio, la
visión prolongada de la televisión o del ordenador, puede desarrollar un
déficit de atención en los más pequeños. Esto se debe a que el córtex frontal,
aún inmaduro en los niños: se sobreactiva demasiado con las ondas
electromagnéticas.
Dejar que nuestros hijos se
duerman viendo la televisión no es precisamente lo más terapéutico, a pesar de
que nosotros mismos lo hagamos a menudo. Hablamos de educación, pedagogía y
ante todo de salud infantil, por ello, antes que dejar que el sueño les venga
frente a la tele o en la tableta, es necesario poner en práctica el buen arte
de la lectura relajada.
madre con su hijo leyendo un
libro
No importa que tus hijos aún
no hayan adquirido aún la competencia de la lecto-escritura o que ya estén
consiguiendo sus primeros logros. Algo tan sencillo como sentarnos con ellos en
la cama y empezar a leerles, va a suponer un enorme beneficio para su
desarrollo neuronal y emocional.

La lectura relajada aumenta
el flujo de sangre hacia el cerebro, aporta bienestar al niño además de una
calma muy gratificante apropiada para ese último instante del día.
El área cerebral que más se
estimula en el proceso de «escucha» es el área prefrontal, indispensable para
desarrollar y potenciar muchos procesos cognitivos en los niños: desde la
atención, la imaginación y los razonamientos más complejos.
Leer a tus hijos algún
cuento o libro con un mensaje ejemplar o un buen razonamiento moral, puede potenciar
su empatía y el respeto hacia sus semejantes. Vale la pena.
La lectura relajada, un
vínculo de cariño entre padres, madres e hijos
Lee a tus hijos con placer,
sin pensar que estás perdiendo el tiempo o que tienes muchas cosas que hacer
además de eso. Permite que el tiempo se detenga y os atrape, deja que la
emoción de ese libro os envuelva y que tu voz cautive el corazón de tu hijo.
Ningún regalo podrá superar
esos momentos de lectura compartida, a esos lugares inventados donde los
sueños, las aventuras y los misterios aceleran su imaginación mientras su
respiración se acompasa poco a poco y lentamente, a medida que le llega el
sueño y, simplemente, se rinde.
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