
Me tomó bastante tiempo
darme cuenta de la razón. Y era bastante simple, casi para reírse.
336397_4884082267101_607930387_o
Me han repetido una y otra
vez que el amor verdadero debería de ser mi prioridad número uno en la vida. Me
he visto condicionada a aceptar y creer que debo experimentar este amor, pero
que todavía no estoy lista para ello. Todo con la esperanza de que llegue
alguien que me diga las palabras mágicas.
Nunca he experimentado lo
que se siente cuando una persona te confiesa su amor eterno. No es que nunca me
haya enamorado. Es más, me he enamoré hasta la última fibra de mi ser. Pero
nunca nadie se ha enamorado de mí. Nunca me ha pasado que alguien haya hecho
algo tan romántico para mí, que haga que tiemble.
Me tomó bastante tiempo
darme cuenta de la razón. Tal y como explica Harnidh Kaur, la razón por la que
esto sucede es bastante simple, casi para reírse: Nadie se ha enamorado de mí
porque no soy el tipo de mujer de la que te enamoras.
Soy complicada. No puedes
simplemente tomar mi amor y empaparte de él. No, también tú tendrás que ceder,
y eso te costará. Puede que decidas marcharte de mi lado porque encontraste a
una chica que te satisface en vez de una mujer que te haga pensar.
No soy esa mujer a la que
tienes que proteger, porque no soy tan frágil como para romperme. Estoy
endurecida. Tengo cicatrices de batalla que quizás se parezcan a las tuyas. Y
no me avergüenzo de ellas. Son mías y son parte de mi historia.

Sí, probablemente sea esa
mujer que respetas, o esa mujer a la que admiras. O la mujer que te gustaría
encontrar en casa cuando llegues del trabajo. La mujer que buscas cuando necesitas
fuerza y apoyo, pero no soy la mujer de la que te enamoras. No soy la chica con
la que quieres pasar horas simplemente mirándola. Esa chica que es tan
delicada, que te dan ganas de pelear contra el mundo por ella. No. Soy fuerte,
tozuda y peleona. No voy caminar detrás de ti, voy a caminar contigo. Voy a
empujarte tanto -o más- de lo que me empujo a mí misma.
No soy la mujer de la que te
enamoras, soy esa mujer a la que aprendes a amar. Y me siento bien con eso,
porque sé que, el día que alguien me diga que está enamorado de mí, será real.
Será un amor por el que valga la pena luchar.
Y eso es lo que todos
merecemos.
Comentarios
Publicar un comentario