
Quien haya tenido la suerte de convivir y pasar tiempo junto a sus
abuelos, podrá saber que los abuelos nunca morirán, ellos se quedan con
nosotros en nuestro corazón y se vuelven invisibles compañeros para toda la
vida. Sus consejos y cariño formarán parte de nosotros y nos servirán de guía
ante las circunstancias que puedan suceder a lo largo de nuestro recorrido.
La ley de la vida es nacer, crecer y partir, sin embargo, la huella
emocional que los abuelos dejan en nosotros los vuelve compañeros invisibles
que siempre acompañan nuestro camino.
Los abuelos y su invisible compañía
Los abuelos son un gran activo. Ellos encierran la historia de
generaciones enteras y ricas tradiciones familiares. Se dice que a medida que
envejecemos volvemos a ser niños. Creo que este es el secreto de los abuelos.
Toda persona que ha tenido la suerte de crecer con sus abuelos tiene una
gran cantidad de recuerdos que, incluso en la edad adulta, se convierten en un
lugar de refugio en tiempos difíciles. Olores, palabras, modismos, gestos que
recuerdan ese calor de afectos indelebles.
En el camino del crecimiento hay personas que dejan indeleblemente un
signo de su paso, una importante y significativa memoria emocional cargada de
sentimientos. Los abuelos son, sin duda, parte de estas personas, lo que ayuda
a crecer y desarrollar un sentido de bienvenida y pertenencia a una historia
común y a la familia.
La importancia de los abuelos
Los abuelos vuelven a ser educadores, y también dan una gran lección de
civismo a los más pequeños. Son personas inolvidables que con el tiempo
enriquecen cada vez más el mundo afectivo de sus nietos.
A los ojos de los niños, los abuelos son como superhéroes que transmiten
el don de pertenencia familiar. Su enfoque educativo es acogedor y nutre la
identidad de los nietos con un amor y una aceptación incondicionales. Por lo
tanto, son figuras indispensables y omnipresentes en la vida de las familias de
hoy en día y, a menudo, también desempeñan un papel de cuidado y protección
cuando los padres trabajan.
Regalos de los abuelos que los vuelven eternos
Los abuelos son testigos del pasado, con ellos, los niños no solo
descubren que sus padres eran pequeños, sino que también aprenden juegos,
canciones, artesanías antiguas que se transmiten de generación en generación.
Enseñan su conocimiento experiencial con pasión y paciencia para dejar un
rastro de sí mismos en el niño para que puedan ser recordados años más tarde.
Siempre presentes, son las figuras que los niños buscan cuando sus
padres están ausentes. Al igual que la manta Linus, un ejemplo del objeto de
transición por excelencia, los niños y los abuelos actúan en una relación
física formada por abrazos, caricias, besos para enfrentar la ausencia de una
madre o un padre. Nadie se siente solo en la casa de los abuelos.

Los abuelos y nietos tienen un vínculo tan fuerte como beneficioso para
ambos. El hogar de los abuelos es un refugio seguro y su cuidado es una fuente
inagotable de afecto. Y también al revés, ser abuelo es un regalo
extraordinario y cuidar a los niños con amorosa paciencia es una tarea
emocionante, un soplo de vitalidad fresca que llena de alegría los días de las
personas mayores.
¿Por qué tienen un vínculo tan fuerte los abuelos con sus nietos?
Tanto el nieto como el abuelo, están ajenos al ritmo ajetreado y el
estrés del trabajo, los abuelos tienen mucho tiempo para escuchar con
atención a sus nietos ya que han pasado
por esa etapa. El tiempo es el regalo más precioso que un adulto le puede dar a
un niño.
El niño necesita un adulto para prestarle toda su atención y animarlo a
desarrollar su personalidad. Recibir mucho afecto en la primera infancia hace
que los niños crezcan serenos y seguros de sí mismos. En particular, con el
apoyo emocional correcto, los pequeños desarrollan la “capacidad de
recuperación”: la capacidad de resistir frente a la adversidad.
Todo lo que un abuelo puede dar a un nieto permanecerá,
independientemente de su ausencia física o no, para el resto de la vida del
joven o adulto y su recuerdo siempre será un lugar seguro a donde regresar para
sentirse protegido y recodar a ese compañero invisible que lo guía de la mano.
Comentarios
Publicar un comentario