
Las propiedades tanto del
chocolate como del vino tinto son innumerables y beneficiosas para nuestra
salud, cuentan con componentes naturales derivados de las uvas y el cacao.
En un reciente estudio
realizado en el Reino Unido, se determinó que el resveratrol, que es un
compuesto natural que poseen el vino y los chocolates, ayuda a regenerar y
reactivar las células que por la avanzada edad de una persona pierden sus
funciones y se vuelven inactivas, acelerando de esta manera el envejecimiento.
Parece ser entonces que
ahora cuando nos decidamos a tomar un buen vino tinto o comer unos deliciosos
chocolates, lo haremos también con otro fin muy interesante, el de alargar un
poco más nuestra juventud disfrutando de estos dos placeres que nos brinda la
vida.
Explicación científica de
los resultados del estudio.
Este polifenico
bioflavonoide antioxidante, el resveratrol, se clasifica como un fitoestrógeno,
ya que es capaz de interactuar con los receptores de estrógeno de una manera
positiva, generando una reactivación celular.
Lo más positivo de los
resultados generados de este estudio, es que este componente (resveratrol) es
natural y se encuentra presente en gran cantidad en la piel de las uvas rojas
por lo tanto en el vino tinto, en las bayas oscuras también así como en el
cacao.
Dato importante: la
reconocida revista BMC Cell Biology hizo público un estudio en el cual se
determinó que se pueden emplear componentes químicos similares al resveratrol
para rejuvenecer y reactivas las células viejas.
Datos del estudio
antienvejecimiento y sus conclusiones
El estudio tomó como base de
partida, estudios realizados anteriormente, en los cuales se evidenciaba que
cuando las personas entran en la etapa de envejecimiento, los factores de
empalme (son un tipo de proteína corporal) se vuelven viejos y se inactivan
produciendo así el proceso natural de envejecimiento en las personas.

Cuando los investigadores
procedieron a introducir un componente similar al resveratrol en las células
humanas viejas, este componente las reactivó y de manera satisfactoria las
hacía ver más jóvenes, llegando incluso a dividirlas en dos nuevamente.
Según el testimonio de la
Dra. Eva Latorre, especialista en genética molecular esta fue su impresión:
“Cuando vi que algunas de
las células del plato de cultivo se rejuvenecían, no podía creerlo. Estas
células viejas parecían células jóvenes. Era como la magia. Repetí los
experimentos varias veces y en cada caso, las células se rejuvenecieron. Estoy
muy emocionada por las implicaciones y el potencial de esta investigación”.
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