
(Reflexión)
No sanas porque cuando llega
algo bueno a tu vida lo rechazas y prefieres quedarte con lo que no te hace
feliz.
No sanas porque desconoces
que tú eres el origen de tu enfermedad.
No sanas porque sigues
ignorando al poderoso y valioso ser que llevas dentro.
No sanas porque continúas
desatendiéndote y fingiendo que todo está bien en tu mundo.
No sanas porque no te has
atrevido a enfrentarte a las personas que dirigen tu vida.
No sanas porque no usas tus
tijeras para cortar lazos con personas que ya no te nutren.
No sanas porque has asumido
que el sacrificio es la forma de demostrar amor a los demás.
No sanas porque no usas la
magia del perdón para limpiarte de ira y rencor.
No sanas porque no respetas
el libre albedrío de los seres que te rodean a ser lo que son.
No sanas porque intoxicas tu
cuerpo de pastillas y químicos que acallan los síntomas que hablan de
desarmonía interior.

No sanas porque huyes del
rey Sol,
no le hablas al mar
no te pierdes en el bosque y
has obviado que tú eres el
sanador.
No sanas porque no le haces
caso al universo, ya que cuando le pides, rechazas escucharlo en ir por el
camino que te hará feliz, aferrándonte al pasado.
Tú tienes libre albedrío de
todo, hasta de decisión...
Si no te dejas llevar, no te
llevarán a la fuerza, no sanarás si no quieres sanar.
Buen día, amigo lector
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