La pobreza se combate con trabajo, no “con caridad” afirma carlos slim




En otras palabras, no acabas con la pobreza regalando pescado, sino enseñando a pescar.

El empresario mexicano, considerado el hombre más rico de México, dijo que la mejor forma de ayudar a los pobres es generando empleo.

La única forma de eliminar la pobreza es creando fuentes de empleo, no “con caridad ni con políticas públicas sociales de bienestar”, afirmó el empresario mexicano Carlos Slim, el hombre más rico de México.

En el Foro de la democracia latinoamericana, en el Palacio de Minería de la Ciudad de México, Slim dijo que, si pudiera acabar con la pobreza “regalando 300, 400 o 500 dólares a cada mexicano, me encantaría, lo haría con todo gusto”, pues está convencido de que “la pobreza no beneficia a nadie más que quizá a algunos políticos demagogos”.


Sin embargo, sostuvo que la mejor inversión social no es regalar recursos a la gente, sino destinarlos a “nutrición, salud, educación y empleo, empleo y más empleo”.

“He insistido muchas veces en que la única forma que yo veo para que la población salga de la pobreza no es con caridad, ni con políticas públicas sociales de bienestar sino con empleo”, dijo.


Según Slim, en los últimos 50 o 100 años se han gastado “trillones de dólares combatiendo la pobreza, perdonando deudas, creando programas de alimentación y salud”, sin obtener los resultados deseados.

El empresario —accionista mayoritario de Telmex, la mayor compañía telefónica de México y una de las más grandes de América— aseguró que las compañías y sus dueños tienen la responsabilidad de pagar impuestos y generar productividad, pero esas tareas también corresponden a la sociedad civil.


Académicos y organizaciones civiles señalan que las empresas de Slim controlan los mercados donde se desempeñan, impidiendo que entren otras compañías o afectando a los competidores.

Slim defendió la existencia de empresas grandes al afirmar que “es perverso pensar que en países que no son muy ricos, debe haber empresas muy pobres y que las únicas empresas ricas en nuestro país tienen que ser extranjeras”.

“Creo que esa es una idea equivocada o una actitud hasta perversa o una política buscando otros fines”, dijo.



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