
Te extraña que en el kinder
o la guardería te digan que tu hijo es un angelito cuando en tu casa es un
tornado, sientes que contigo se porta peor que con las demás personas? Quizá no
estés equivocada; un estudio lo confirma: los hijos suelen portarse peor con su
mamá que con nadie más.
El estudio, realizado por la
Universidad de Washington llegó a la conclusión que los niños hacen menos caso,
lloran más, y son más desafiantes con la autoridad cuando se encuentran en el
mismo cuarto que su madre.
En la investigación se
analizaron factores como los berrinches, lloridos, ganas de pegar y la
desobediencia en 500 familias.
Pudo descubrirse que niños
desde los 8 meses de edad podían estar jugando tranquilos, pero el 99% de ellos
se volvían más llorones y demandantes cuando su mamá entraba a al habitación.
Aunado a esto, se encontró
que, cuando las instrucciones eran dadas por una voz diferente a la de la
madre, los niños respondían a estas de manera más positiva.
Pero, ¿a qué se debe?
Es probable que sea a la
confianza que una madre le da al niño, al espacio seguro que el crea, a la
seguridad que tiene el niño de que no importa lo mal que se comporte su madre
siempre lo querrá. Además ella es al persona de la que más espera el niño.
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