
A diario nos enfrentamos una
serie de situaciones que pueden agotarnos física y mentalmente. Estas
situaciones provienen de factores como el trabajo, la familia y lidiar con las
personas en la calle cuando vamos a trabajar o cuando regresamos a casa.
De alguna manera aprendemos
a sobrellevar todo esto con el único consuelo de que al llegar la noche
podremos descansar cómoda y plácidamente para recargar nuestras baterías y
poder al día siguiente estar listos para una batalla con nuestras responsabilidades.
Pero, ¿Qué pasa cuando al llegar en la noche la ansiedad termina por
perturbarnos y evitar que podemos dormir como es debido?
Ansiedad nocturna: qué es y
cómo evitarla
El insomnio en ocasiones se
puede considerar como algo inofensivo. De hecho cuando después de un largo día
de trabajo nos encontramos que no podemos dormir por la noche, al día siguiente
solo comentamos a nuestros compañeros, familiares y amigos que no pudimos
dormir, no le encontramos explicación, pero tampoco le damos mayor importancia.
Al menos hasta que a la siguiente noche se termina repitiendo este episodio.
Muchas personas son capaces
de aguantar dos, tres y hasta cuatro noches sin dormir; sin embargo, en algún
punto de la semana nuestro cerebro colapsará y nuestro humor se verá afectado
hasta el punto en el que sencillamente no podremos ni siquiera sonreírle
amablemente ni a nuestros seres queridos.
Y es que la falta de sueño
puede trastornarnos a niveles muy elevados y es importante prestarle mucha
atención a nuestras noches pues sin un buen descanso es casi imposible cumplir
a plenitud con las responsabilidades del día siguiente, pero más importante que
esto, la falta de sueño puede afectarnos en gran medida nuestra salud.
Pero, ¿por qué nos pasa
esto? Simple, si suponemos que todo es por causa de la gran cantidad de
actividades relacionadas con el trabajo y compromisos familiares, es muy seguro
que lo que tengas sea ansiedad nocturna. Sin embargo, existen diversos factores
que pueden influir en tu proceso de conciliación del sueño.
La ansiedad es una condición
grave que afecta cada área de nuestras vidas, y la superación de esta situación
depende mucho de nosotros mismos. Existen algunos hábitos que podemos adoptar
para comenzar nuestra mejoría y estos hábitos son:
No comer demasiado faltado
poco para ir a dormir.
Evitar los teléfonos
celulares cuando estamos acostados y listos para dormir.
Incorporar algunos
ejercicios de meditación o de atención plena antes de acostarse.
Acostarse a dormir a la
misma hora todos los días.
Alejarse de entornos y
personas en conflictivas.
Y lo más importante,
recordar que los problemas en los que pudieras estar pensando mientras te
quedas dormido estarán allí la mañana siguiente por lo que no es necesario que
pienses en ello a tu hora de descanso. En pocas palabras, dale un descanso
también a los problemas.
Es importante recordar que
los problemas son los únicos que jamás faltarán en nuestras vidas, asimismo, el
trabajo es algo que nos espera día tras día. Entonces, ¿Por qué permitir que
esto nos estrese? En su lugar intenta complementar tu rutina diaria con
actividades recreativas como por ejemplo una caminata relajante, una rutina de
ejercicios en un gimnasio o incluso algo que te ayudaría muchísimo es la
práctica de deportes como la natación.
Al llegar la noche puedes
pensar en estas actividades y relajarte con ellas hasta que el sueño te venza y
te dé plácido descanso que tanto te mereces.
Comentarios
Publicar un comentario