
Una de las bases para
establecer una pareja sólida y duradera y sentirse bien en ella, es por
supuesto la confianza. Sin ella, poco podrá edificarse y si la relación
continúa, puede dar lugar a serios conflictos, así como problemas emocionales e
inclusive físicos.
En el aspecto de la
confianza, cada pareja puede manejarse en forma muy diferente y permitirse
cosas que en otras afectaría profundamente la relación. Esto depende de la
historia previa, la educación recibida y las experiencias que cada uno de sus
integrantes haya tenido.
Sin embargo, hay situaciones
particulares, que responden a la génesis misma de la relación. ¿Qué ocurre
cuando la pareja actual se origina ella misma en un engaño? Específicamente:
¿qué dudas pueden afectar a una ex amante que ahora es la esposa? ¿Esperará lo
mismo que le ocurrió a la anterior mujer? ¿Cómo puede manejar esas dudas?
Una difícil
situación:Imaginemos esta escena, con nombres ficticios: María conoce a Juan,
que está casado con Estela. Se hacen amantes por unos años, Juan abandona a
Estela y se casa con María.
¿Podrá María disfrutar
plenamente de esta relación? ¿O el fantasma de la relación anterior y el engaño
de Juan no la dejarán dormir?¿Podrá confiar en ese hombre que ya dio señales
ciertas de ser infiel?
Por supuesto que es una
situación muy difícil, pero es necesario pensar en ciertos aspectos que definen
la diferencia entre una y otra relación.
En primer lugar, es necesario pensar en el
inicio de la relación, en las circunstancias que llevaron a Juan a alejarse de
su esposa y acercarse a María. ¿Quizás eran muy jóvenes cuando se habían
casado? ¿Ocurrió un hecho traumático que los alejó? ¿O era un problema de
caracteres incompatibles que no tenía solución?
Definir la situación en que se conocieron y
comenzaron Juan y María puede ser importante. ¿ Sabía ella la situación de
Juan? ¿Todo comenzó basado en la problemática de Juan o fue por otra causa?¿Qué
tienen en común para establecer una relación?
Otro aspecto importante es analizar la
dinámica de funcionamiento de la relación actual. Una causa frecuentemente
esgrimida por los hombres que engañan a sus esposas, es que sus episodios de
infidelidad les permiten “descargar” las tensiones que viven en su casa. En
este punto, es importante analizar cómo se manejan los conflictos en este nueva
matrimonio: si estos se enfrentan en forma adulta, mediante el diálogo en la
pareja, es una buena señal. En cambio, si los problemas se evitan y no se
hablan, puede significar que para Juan el escape es una opción válida para
eludirlos y habría que ver si además, recurre a la infidelidad nuevamente.
Otro motivo para el engaño en el matrimonio es
la incapacidad de manejar los impulsos sexuales. Este es un aspecto difícil de
manejar, porque en muchos casos el hombre se deja llevar por sus instintos primarios
y puede reincidir en la infidelidad. Si de alguna manera el hombre no es capaz
de tomar conciencia de esta situación y no toma las medidas necesarias para
abordarlo (que puede incluir un asesoramiento profesional) el peligro de
infidelidad está más que presente.
En algunos casos se produce un fenómeno más
complejo: María puede haber quedado con algo de culpa por la forma en que
comenzó su pareja y puede entender inconscientemente que es algo “justo” que a
ella pudiera ocurrirle lo mismo. Esto se disipa con un profundo autoanálisis,
aunque en ocasiones la ayuda de un profesional puede ser necesaria. Este tipo
de inquietudes o sentimientos no deben “esconderse bajo la alfombra”, sino que
deben expresarse para finalmente resolverse; en caso contrario, quedarán dando
vueltas en la cabeza y aparecerán siempre, perturbando a la persona en
cualquier momento.
Relacionado con lo anterior, el proceso de
pensamiento puede ir por el camino de llegar a un arrepentimiento y entender
que la forma de “solucionar” el tema es poner fin a la relación. La solución en
este punto es igual que en el caso anterior: un profundo autoanálisis y de ser
necesario, ayuda profesional.
En ocasiones, las dudas de
la mujer la llevan a analizar fríamente su relación actual y concluir que en
definitiva no es lo que esperaba. En realidad, muchas veces los matrimonios que
nacen de una infidelidad previa, pierden ese “picante” que implica el sabor de
lo prohibido. Cuando el motor principal de la relación era ese, para uno o para
otro de los integrantes, obviamente ya no está, por lo que la pareja misma
puede estar en peligro.
En todos los casos es
importante que la mujer explique sus dudas y temores a su pareja. Un diálogo
sincero puede ayudar a espantar los fantasmas y propiciar el disfrute de la
pareja.
Siempre hay ese dilema para estar seguros atlas en el tiempo y ver que sucede
ResponderEliminarQue desafiante este tema queridos despierta cultura. La pareja tiene el desafio de construir desde la confianza pero sobre todo poder hablar de los temores que se tienen hoy a raiz de esa situación de infidelidad. Saludos
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